HERRAMIENTAS VISUALES BÁSICAS
Habilidad visual se define como la capacidad adquirida a través de la experiencia, de efectuar una acción específica requerida con rapidez y eficiencia. Es, por tanto, la capacidad del individuo de sostener un acto
visual sin esfuerzo, como, por ejemplo, la persecución de un objeto en movimiento.
Las habilidades visuales se desarrollan de la misma manera que aprendemos a caminar o a hablar.
De este modo, debemos aprender a ver, interpretar y comprender lo que estamos viendo, en un proceso que está íntimamente relacionado al desarrollo motor del niño.
Estas habilidades pueden ser desarrolladas y mejoradas a través de la terapia visual, favoreciendo por tanto la motricidad, la lateralidad y el movimiento del resto del cuerpo.
Habilidades visuales
Movilidad ocular (oculomotricidad):
El movimiento ocular es una habilidad que tiene cada ojo, pero es fundamental que nuestros dos ojos vayan coordinados ya que son los que nos permiten seguir un objeto de manera precisa. En muchas ocasiones, los ojos no se han desarrollado de igual forma,
por diferencia de graduación, por ambliopía u ojo vago, por estrabismos, por patologías (catarata congénita, ptosis…). Esto va a influir en no tener una buena oculomotricidad, primordial para la lectura y los deportes.
Tipos de movimientos oculares:
- Seguimientos: nos permiten seguir con precisión un objeto dinámico de forma suave y precisa con ambos ojos. Lo ideal es hacerlo con la fóvea para que la imagen se mantenga enfocada.
- Sacádicos: nos permiten mover rápidamente los ojos de un objeto visual a otro. Es una habilidad más compleja y fundamental en la lectura. Si el sacádico se realiza con la fóvea (o
retina central), será más preciso y se verá la imagen más clara. Pero en esta habilidad no sólo interviene la retina central sino también la retina periférica, ya que ésta es la que nos orienta
de la cantidad de salto que tenemos que hacer para que nuestro ojo llegue al siguiente objeto de forma precisa, sin quedarnos cortos o sin pasarnos. Cuando leemos y nos saltamos palabras o las repetimos es porque esta habilidad no está
bien integrada.
Hay muchos niños y adultos con problemas de lectura. Un 95% de ellos presentan mala calidad de sus movimientos oculares.
Cuando se produce una disfunción oculomotora podemos observar diversos síntomas. Los más habituales son:
- Pérdida de lugar al leer.
- Necesidad de usar el dedo o un marcador para guiarse en la lectura.
- Repetición de líneas o frases.
- Lentitud de la lectura.
- Excesivo movimiento de la cabeza al leer
- Inversiones en el orden de las palabras.
- Omisión de palabras o frases.
- Escasa comprensión del texto que se lee.
- Baja memoria visual.
- Breves lapsos de atención.
Agudeza visual:
Es la habilidad básica para discernir detalles específicos, es la capacidad de ver claro o borroso. Lo normal es tener una agudeza visual del 100%. Cuando la agudeza visual es más baja, puede ser por la presencia de alguna alteración
refractiva no corregida como miopía, hipermetropía o astigmatismo, o puede que exista ambliopía u ojo vago.
Enfoque (acomodación):
Es la habilidad que permite ver con nitidez a diferentes distancias y cambiar el punto de enfoque con rapidez y de forma inconsciente. Es una capacidad que disminuye con la edad, dando lugar a la presbicia o vista cansada. Los problemas de acomodación
pueden generar dificultades de atención y aprendizaje.
Las principales señales que indican la existencia de problemas de acomodación son:
- Parpadeo excesivo.
- Visión borrosa al leer o escribir.
- Se frota los ojos a menudo.
- Problemas al copiar la pizarra: se equivoca y es lento.
- Mantiene una distancia de trabajo inadecuada.
- Presenta síntomas de fatiga al final del día.
- Incomodidad asociada a la lectura.
- Comprensión de lectura reducida.
Binocularidad:
Es la habilidad que permite la coordinación de los dos ojos con eficacia y precisión. La visión binocular exige una gran precisión de los movimientos oculares y de vergencias. Las imágenes que percibimos con cada uno
de los ojos se fusionan y nos permite ver en tres dimensiones. Es decir, cuando miramos un objeto, los dos ojos intervienen de forma simultánea, de manera que los ejes visuales de cada uno de ellos convergen en el objeto que miramos. Esta
habilidad, es la estereopsis (visión tridimensional) que nos permite calcular las distancias entre dos objetos o entre nosotros y el objeto que estamos mirando y así, realizar actividades como jugar a
pelota, alcanzar los objetos en movimiento, calcular la velocidad y la distancia…
Si un sistema visual tiene buena estereopsis, nos indica que dicho sistema visual está bien desarrollado y funciona muy bien.
Las disfunciones relacionadas con la binocularidad pueden ser estrábicas (ojo desviado) o no estrábicas.
Las principales disfunciones no estrábicas asociadas a dificultades cuando se realizan trabajos prolongados en visión próxima, como la lectura, son:
- Exceso de convergencia: los ojos convergen más cerca del papel.
- Insuficiencia de convergencia: dificultades para mantener la alineación de los ojos en el papel; ésta se produce detrás del papel.
- Inflexibilidad binocular: dificultades para realizar cambios de lejos a cerca, con rapidez y flexibilidad.
Los principales signos y síntomas que podemos observar en una disfunción binocular son:
- Se tapa o guiña un ojo al leer.
- Usa el dedo para guiarse en la lectura.
- Se frota los ojos con frecuencia.
- Apoya la cabeza sobre el brazo al leer o escribir.
- Tiene visión doble de forma intermitente.
- Tiene fatiga o cansancio.
Coordinación ojo-mano:
La coordinación ojo-mano, se puede definir como la habilidad que nos permite realizar actividades en las que utilizamos simultáneamente los ojos y las manos. Actividades en las que integramos a la vez la información que nos
facilitan nuestros ojos (percepción visual del espacio) para guiar el movimiento de nuestras manos.
- Utilizamos los ojos para dirigir la atención y ayudar a saber a nuestro cerebro dónde se sitúa nuestro cuerpo en el espacio (propiocepción).
- Empleamos las manos para ejecutar una tarea determinada de manera simultánea y coordinada, en base a la información visual.
La coordinación oculomotora es una habilidad cognitiva compleja, ya que debe guiar los movimientos de nuestra mano de acuerdo a los estímulos visuales y de retroalimentación.
El desarrollo de la coordinación óculo-manual es especialmente importante para el desarrollo normal del niño y para el aprendizaje escolar, aunque sigue siendo importante para nuestro día a día cuando
somos adultos.
Casi todas las actividades de nuestra vida diaria requieren de la coordinación ojo-mano, por eso es importante estimularla y mejorarla.
Visión Periférica:
Es la habilidad de localizar, reconocer y responder a la información en las distintas áreas del campo visual alrededor del objeto sobre el cual se fija la atención. La visión periférica nos permite
abarcar hasta casi 180º del ángulo de visión. Por ejemplo, cuando estamos leyendo un libro no enfocamos la visión en la palabra que leemos, sino que abarcamos el resto de la frase. Si sólo fijásemos la vista
en una palabra en lugar de en el conjunto, la velocidad de lectura sería mucho más lenta y asimilaríamos menos información.
La visión periférica está presente en los deportes como el fútbol, el baloncesto... En muchas ocasiones estos jugadores se han anticipado a la jugada y antes de recibir el balón ya sabían dónde tenían
que enviarlo, pero en otras ocasiones no es así y han hecho uso de su visión periférica para no mirar fijamente a nada y poder verlo todo.
En ajedrez los grandes maestros no miran fijamente ninguna ficha, al mirar el tablero con la vista relajada pueden visualizar los movimientos de las próximas jugadas.
A la hora de conducir también nos es útil este tipo de visión debido a que al mirar de forma relajada sin enfocar la vista en ningún punto específico podemos ver los movimientos del resto de coches.
Discriminación visual:
Habilidad visuo-perceptiva que nos permite identificar y analizar los rasgos distintivos de una determinada figura, objeto o símbolo, como pueden ser la forma, el tamaño o el color. Además,
contribuye a la segmentación de la figura-fondo, las relaciones visuo-espaciales, el cierre visual, la memoria y la lógica visual.
Un niño con dificultades en la discriminación visual puede tener problemas en la identificación de números, letras, formas, símbolos, palabras, tamaños y colores. Pueden tener inversiones cuando escriben letras
y números y pueden tener problemas de atención y de organización.
Memoria visual:
La memoria visual es la capacidad de recordar una imagen que se nos ha presentado visualmente. Es clave, por ejemplo, en el proceso de la lectura. Una baja memoria visual puede generar dificultades en la asociación de lo visual
con lo verbal o lo que es lo mismo, una buena memoria visual nos permite escribir una palabra conocida y escribirla correctamente, sin faltas de ortografía.
Dificultades en esta habilidad afecta a la capacidad de recordar secuencias de imágenes, letras, números o símbolos, así como la comprensión de instrucciones dadas de manera visual. También puede dar problemas
en copiar de la pizarra al cuaderno, recordar un número de teléfono o tener faltas de ortografía.
Memoria visual secuencial:
Es la habilidad de recordar una secuencia de imágenes visuales como letras, formas, números, símbolos y objetos. Por ejemplo, copiar de la pizarra. La persona que tiene dificultades con la memoria visual secuencial puede tener problemas
en la lectura, en recordar las cosas que han pasado, en recordar la información que previamente ha estudiado, o en recordar fórmulas matemáticas.
Relaciones visuoespaciales:
Esta habilidad nos posibilita percibir e interpretar referencias visuales acerca de la posición y relación de objetos o personas con respecto a sí mismo o a otros, facilitando una adecuada interacción con el espacio. La percepción
visual espacial nos proporciona información de nuestro entorno. La manera en la que un niño percibe el espacio y su posición u orientación en ese espacio puede afectar en sus habilidades motoras y en el rendimiento académico.
Dificultades en esta habilidad pueden estar relacionadas con problemas para moverse en el espacio o seguir instrucciones espaciales y direccionales. Pueden darse, también, dificultades en la lecto-escritura y en la representación gráfica
al no poder discriminar entre letras o símbolos parecidos, así como en la orientación adecuada de los trazos, pueden tener confusión de las letras ‘b’ y ‘d’ o ‘p’ y ‘q’, o
las letras y números 3 y E, o los números 5 y 2.
Constancia de forma:
Es la habilidad de reconocer que la forma se mantiene independientemente de si un objeto cambia su tamaño, dirección, orientación o distancia. Dificultades en esta habilidad puede hacer que el niño tenga problemas con el reconocimiento
de letras o números escritos con diferentes tipografías y con la representación gráfica de imágenes vistas o recordadas.
Figura fondo:
Esta habilidad nos permite identificar y seleccionar una imagen o información determinada (figura) dentro de un entorno visual más complejo (fondo). Esto es importante para poder eliminar la información visual irrelevante y concentrarse
en lo importante. Las personas que no tienen una buena figura-fondo tienen dificultades para concentrarse en la tarea y para ignorar los elementos que pueden distraer, para encontrar lugares específicos dentro
de un texto (palabras claves de una pregunta), un mapa, un libro… También les cuesta no perderse de lugar cuando leen o cuando copian de la pizarra, y suelen tener una organización pobre al redactar un texto.
Cierre visual:
Es la habilidad para obtener una percepción visual final a partir de ciertas claves, sin necesidad de tener todos los detalles. Aunque no percibamos toda la imagen podemos completarla para comprender su significado.
Dificultad en esta área puede comprometer la capacidad de llegar a conclusiones lógicas o de percibir el mundo de forma coherente si no se tiene toda la información visual. Además, la capacidad para visualizar problemas, cálculos
matemáticas y puzles se verá reducida. Es una habilidad fundamental para que la lectura sea rápida. Los lectores eficaces usan mucho su cerramiento visual porque en cada fijación sólo perciben una
parte de las letras de una palabra y así pueden leer más rápido.
HERRAMIENTAS MOTORAS
Si el desarrollo motor no se realiza adecuadamente, se podrán ver afectadas las habilidades visuales, cognitivas y comportamentales. Por ello, es importante realizar una evaluación y tratamiento, si corresponde, del desarrollo motor del niño, ya que éste es una base importante para el tratamiento de los problemas de atención y desarrollo.
En un proceso de maduración adecuado, el desarrollo cognitivo sigue al motor. Por ello, es fundamental que el bebé tenga un buen desarrollo motor en los primeros años de vida. El primer medio de interrelación del niño con el mundo es el movimiento, de manera que los procesos de aprendizaje en los primeros años de vida dependen, de las experiencias que el niño acumula gracias al movimiento.
Así mismo, en este periodo, el niño va integrando los reflejos primitivos*, y también desarrollando sus habilidades visuales. El desarrollo motor, visuomotor y social del niño se realiza de forma paralela.
Cuando nacemos, no tenemos ningún sentido del equilibrio y sólo hay una manera de aprenderlo, y es a través del movimiento.
Es muy importante que el bebé realice movimientos como girar, rodar y colgarse boca abajo, entre otros. Estos movimientos son fundamentales para que el cerebro registre esta información, y estimular de esta forma el sistema vestibular, estableciendo su sentido del equilibrio.
Dificultades en los sentidos vestibular y propioceptivo, pueden ocasionar:
- Problemas oculomotores.
- Problemas acomodativos y binoculares.
- Problemas auditivos.
- Problemas de atención.
Es importante tanto la evaluación como el correspondiente tratamiento y estimulación si fuese necesario.
APRENDIZAJE PREVIO (FASES DE DESARROLLO)
- Desarrollar de todas las etapas motoras gruesas (rodillo, arrastre, gateo, bipedestación, carrera...).
- Conocer el cuerpo propio (esquema corporal).
- Aprender conceptos básicos de posición: ARRIBA-ABAJO, DELANTE-DETRÁS y DENTRO-FUERA.
- Definir la preferencia por un lado del cuerpo a nivel de ojo, mano, oído y pie.
- Desarrollar la lateralidad (saber cuál es nuestra DERECHA y nuestra IZQUIERDA).
- Desarrollar la direccionalidad (saber cuál es la derecha y la izquierda en los objetos que nos rodean y saber localizar dichos objetos en el espacio con referencia a otros o a nosotros mismos).
- Desarrollar las habilidades visuoespaciales (aprender a representar, analizar y manipular un objeto mentalmente).
Todo esto se va aprendiendo de forma progresiva. Cualquier fallo en alguna de estas fases hará que el niño manifieste problemas en el aprendizaje.
El desarrollo motor del niño es uno de los pilares en el desarrollo cerebral infantil.
Explorar el entorno a través de la movilidad tiene una importante influencia sobre la ruta visual:
- Enfoca continuamente a distintas distancias.
- Coordina los movimientos oculares con las manos.
El desarrollo motor permite integrar el esquema corporal, desarrollar el control cefálico,…, fundamentales para el aprendizaje escolar
La presencia de reflejos primitivos no integrados, interfiere en el desarrollo de los reflejos posturales.
El desarrollo motor culmina con la adquisición de todas las herramientas motoras (andar, correr, coordinación, equilibrio) y un control postural completo
A los 6 años debe tener un control postural, si no debemos sospechar en una inmadurez del Sistema Nervioso Central en las áreas de control motor.
La falta de maduración del control postural puede hacer:
- que el niño se mueva constantemente, “disparo motor”, que no corresponde a su edad
- “no para quieto” no puede estar sentado más de dos minutos
- “va como una moto” mueve sus manos y pies cuando no hace falta
- A estos niños se les denominan hipercinéticos o hiperactivos
- Prefieren estar tumbados o de pie, pero no sentados
- Su aprendizaje se ve afectado porque no terminan la tarea, molestan en la clase, incordian a sus compañeros.
HERRAMIENTAS AUDITIVAS
La importancia de escuchar bien
Los expertos en desarrollo infantil también deben contar con herramientas para detectar problemas auditivos en los niños, que también son culpables de ralentizar el aprendizaje.
Los niños hiposensibles auditivos no procesarán ni decodificarán adecuadamente los sonidos en el aula. Esto les llevará, por ejemplo, a confundir la letra ‘b’ con la ‘p’.
Los niños hipersensibles son los que oyen por encima del umbral medio. Esto le llevará a taparse los oídos en lugares con bullicio o a asustarse cuando los compañeros gritan por sentir demasiado ruido. Son
niños que “fluctúan” y pierden la atención, ya que necesitan ‘desconectar’ en determinados momentos para relajarse.
Y un tercer problema auditivo es el tiempo que tarda un niño en procesar los fonemas. Habitualmente, los humanos lo hacemos en 40 milisegundos. “Si un niño tarda el doble o el triple que los compañeros,
tiene un problema de velocidad lectora y tampoco será capaz de seguir un dictado”.
Los niños que no oyen bien confunden las letras. Los que oyen por encima de la media fluctúan y pierden la atención, ya que necesitan ‘desconectar’ en determinados momentos para relajarse.
Nadie considera que un niño tenga problema auditivo, salvo en caso de llevar un audífono
Diferencia entre OIDO y AUDICIÓN:
- OIDO: Nuestro aparato receptor capta la información
- AUDICIÓN: El cerebro debe de procesar la información que le llega y esto se hace en función de las herramientas de análisis que se tengan disponibles.
Niños que no han hecho un desarrollo auditivo completo por presencia de moco o infecciones de oído " surgirán retrasos o dificultades, produciéndose problemas de procesamiento auditivo
SEÑALES EN UNA DISFUNCIÓN AUDITIVA
- Otitis de repetición
- Se tapa los oídos
- Se pone nervioso en lugares públicos con mucho ruido
- Habla muy alto o chilla
- Le gusta la música alta, sube el volumen de la tele
- No filtra los sonidos, oye el grifo del agua, la persona que habla en la habitación contigua, etc.
- Parece que está sordo, no oye
- Hay que repetirle las órdenes varias veces
- Confunde fonemas, ya sean hablados, leídos o escritos
La ruta auditiva se considera una categoría de “segundo orden”, olvidando la importancia que tiene en el desarrollo del lenguaje.
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